Levántate y Resplandece

INTRODUCCIÓN

La Palabra de Dios en Isaías 60:1 dice: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”

Levántate, es una palabra que demanda una acción, que cada persona debe elegir si la hace o no. Dios está diciéndonos como Iglesia, que es tiempo de levantarnos, y compartir el evangelio porque es la cultura del reino, compartir nuestra fe y ser testigos fieles del amor de Cristo. Esta lección considera el versículo de Isaías 60:1 que demanda de nuestras vidas acciones demuestren las gloria de Dios en nuestras vidas.

1. LA PRIMERA ACCIÓN: LEVÁNTATE

“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.”
Lucas 5:24

En esta historia se narra el hecho de cuatro amigos que llevaron a su amigo paralitico a los pies de Cristo. Pero, al llegar a la casa no había lugar, intentaron entrar por la puerta, por la ventana y no pudieron entrar. Entonces uno dijo vamos a meterlo por el techo, y así llevaron a su amigo a los pies de Jesús.

Al verlo Jesús, aun y cuando sabía que era paralítico solo le dijo: “campeón tus pecados están perdonados”, los amigos estaban en el techo mirando, los religiosos se enojaron y decían; “quien es este hombre para poder perdonar pecados, solo Dios puede perdonarlos”. Pero sabiendo Jesús lo que ellos estaban pensado en su corazón les dijo: “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” y al paralítico le dijo: “Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.” Entonces, el Señor hizo un “multi” milagro, primero perdonó los pecados aunque los religiosos se quejaron, y enseguida encima de eso, sanó al hombre.

En nuestras vidas tenemos situaciones que nos dejan paralizados, no podemos movernos, queremos trabajar, estudiar más o hacer otra cosa, pero no podemos, y nos justificamos con la edad o con el trabajo, a veces el enemigo quiere paralizarnos al decirnos: “quien sos vos para hablar de Jesús, mira tú pasado” y pensamos “es cierto no puedo hablar” El enemigo quiere paralizarnos, pero Jesús te está diciendo: “hijo mío, levántate porque yo estoy contigo, yo quiero usarte” 

Hay otra historia en Lucas 7, la de una viuda que lloraba por su único hijo que falleció. Ella estaba desesperada, triste y pensaba; “¿qué voy a hacer, no tengo marido, no tengo hijo, como voy a vivir? y había mucha gente con ella tratando de darle consuelo. Pero, la Biblia dice que:

“13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14 y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.”
Lucas 7:13-14

Lo primero que le dijo fue “no llores”, no era solo por el llanto en sí, era más bien para guardar el corazón. Luego tocó el féretro y dijo: “Joven, a ti te digo, levántate”, algo que parece imposible, porque el hijo estaba muerto, pero era Jesús quien habló, Jesús el dador de la vida.

Otro ejemplo, es el de la hija de Jairo. Esta niña de 12 años estaba muy enferma y Jairo desesperado le pidió a Jesús que por favor vaya a su casa a sanarla, porque estaba a punto de morir y sabía que Jesús era el único que podía hacerlo. Jesús accedió, entonces Jairo iba caminando feliz porque Jesús estaba con él, pero entre la multitud se le acerca a Jesús una mujer con flujo de sangre, (una enfermedad que padecía por muchos años, que la hacía impura y le impedía estar en público o con su familia). Pero, al ver a Jesús puso toda su esperanza en él y se dijo: “si yo pudiera solo tocar su manto yo voy a recibir sanidad”. Así que, ella tocó el manto de Jesús y fue sana. Jesús dijo: “alguien me tocó, poder salió de mí” Y sus discípulos le dijeron, “hay mucha gente alrededor, muchos te están tocando” Y la mujer que se arrastró a los pies de Cristo dijo: “fui yo quien tocó tu manto”, Jesús le respondió: “Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”, y ella se puso feliz, estaba sana.

Mientras todo esto estaba pasando, Jairo estaba desesperado, pensando en su hija enferma cuando le llegó la noticia de que su hija había muerto, “es tarde, no molestes más al maestro” le decían. Pero Jesús se vuelve a Jairo, quien desesperado le dijo, “Jesús es tarde, mi hija ya falleció”, pero Jesús le dijo; “No temas; cree solamente y será salva” v.50 Cuando llegó a la casa, les dijo “No lloréis; no está muerta, sino que duerme”v.52

Jesús nunca llega tarde, llega siempre en el momento preciso; “Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.” Hoy debemos preguntarnos ¿en qué área estamos durmiendo o en qué áreas estamos muertos?

La Palabra de Dios en Efesios 5:14 dice: “Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.” Estemos despiertos para ser fieles en la lectura de la Palabra, para renovar nuestro primer amor con él, para ser constantes en la oración. El Señor te dice: levántate, resplandece, y nosotros solo debemos responder a su voz de autoridad y su gloria se verá en nuestras vidas.

2. LA SEGUNDA ACCIÓN: RESPLANDECE

«…resplandece; porque ha venido tu luz”

Juan 1:4-5 “4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 la luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.”

Donde no resplandece la luz, hay tinieblas, hay problemas, hay dificultades, pero cuando tenemos la luz que es Cristo, cuando su luz resplandece en nuestras vidas, se disipan todas las tinieblas. Cuando tenemos a Jesús, ¡podemos resplandecer!

Veamos de manera breve la diferencia entre las tinieblas y la luz:

• Las tinieblas dicen: No se puede, es imposible, vos sos un fracaso, va a salir mal, si vos hablas de Cristo, la gente se va a burlar. Las tinieblas nos hablan de enfermedad, odio, depresión, rencor. Todo esto viene diariamente en diferentes formas, y viene de las tinieblas para oprimirnos.
• La luz de Cristo dice: Porque escrito está; todo lo puedo en Cristo que me fortalece, todo va a salir bien para los que aman al Señor, para el que obedece su palabra, por sus llagas soy sano, el gozo del Señor
  es mi fortaleza. La luz de Cristo nos manda amar, y perdonar.

Cada uno de nosotros elige si escucha a las tinieblas o responde a la luz de Cristo. Dice en Juan 8:12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida.”

La pregunta es: ¿a quién estamos siguiendo? Dice el que me sigue no andará en tinieblas, sino va a tener la luz de la vida; esa luz que da esperanza que da respuestas a nuestros problemas y adversidades, esa luz que nos hace brillar en todas las circunstancias de nuestra vida y nos permite reflejar toda su gloria.

3. LA RAZÓN DE ESTAS ACCIONES: LA GLORIA DE JEHOVÁ SOBRE TI

“y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”

La palabra “Gloria” en hebreo significa “honra, fama y majestad”. Pero debemos entender que esa gloria no es nuestra es de Dios, la honra, la fama y la majestad, pertenecen al Señor y cuando le seguimos a él, la gloria de su presencia resplandece en nuestras vidas. La gloria es de Jehová, y Jehová significa “Yahvé”, viene de la palabra Señor, dueño mío, es para decir que el Señor de tu vida es quien quiere seguir brillando por medio de ti.

En Juan 14:21 dice: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama,será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”

El señor quiere manifestar su presencia, su bondad, su amor, su perdón, por medio de nosotros, por eso, nos desafía al decirnos: “Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová a nacido sobre ti”.

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